La verdad, pensándolo al escribir esta crónica, me resulta imposible encontrar una explicación lógica a por qué en tres años consecutivos con este, el maratón de Frankfurt ha contado con presencia de atletas del Canguro. Las buenas referencias de los que lo han hecho ayudan, pero no pueden ser lo único.
Independientemente de las razones, en esta ocasión todo empezó en Febrero, cuando Raúl lanzó la idea de preparar y correr conjuntamente un maratón en otoño. En Mayo Frankfurt era el elegido de nuevo y varios teníamos ya billete y hotel. En Julio nos reuníamos para planificar preparación. Tras entrenamientos, lesiones y enfermedades el resultado final fue que el pasado viernes 24 nos juntábamos en Barajas Raúl, Alejandra, Pepe Bodas e Isabel, su mujer, Alicia, Rafa, Benito y yo. Objetivo: Raúl y Benito a mejorar marca y Pepe, tras una infección vírica en la última semana, a correr y disfrutar 10-15 km, los demás a animarles y dar apoyo logístico. Por cierto no puedo olvidar que también Flin era de la partida, un podenco que viajaba con Ale para ser adoptado por una familia alemana.
El viaje no pudo ir mejor, por contactos familiares inesperados y no planificados terminamos viajando en preferente, gracias de nuevo a ti y a tu sobrina, Isabel. Una vez en Frankfurt, y tras comprobar con agrado que el hotel era incluso mejor de lo que parecía en internet y que, como pensábamos, estaba a cinco minutos de la salida y meta; a cenar en Vapiano, restaurante italiano auto-servicio de buena calidad, que se ha convertido en toda una referencia en las participaciones del Canguro en Frankfurt. Se aprovecha la cena para, con plano delante, profesionalidad ante todo, discutir los últimos detalles de la carrera. Alicia y Rafa seguirán a Benito, Isabel esperará a Pepe en el diez, su meta particular, y Ale y yo con Raúl. Solo queda tener bicis para poder movernos los que vamos a acompañar a Raúl y Benito.
El sábado por la mañana y mientras los atletas ruedan y descansan los demás nos dedicamos a conseguir bicicletas. Siendo el Canguro, no nos podíamos limitar a elegir entre una de las posibles opciones de alquiler obvias y sobre las que me había informado. Por qué alquilar si por el mismo precio puedes comprar. Tras interesantes regateos liderados por Rafa, acabamos con cuatro bicis de n mano compradas en un rastrillo de segunda mano y cuyo estado se podría calificar de aceptable tirando a preocupante. De ahí a la Feria a recoger dorsales, y comida por separado, atletas en Vapiano y el resto a por especialidades más alemanas. Esa tarde-noche reunión en la habitación de Raúl para preparar los avituallamientos que la organización distribuye luego cada 5 km para atletas sub 2:45. Solo queda cenar en Vapiano y descansar.
Tras un Sábado con buen tiempo, el domingo amaneció frío y con niebla, afortunadamente se arregló algo antes de la salida, quedándose despejado, muy fresco y con algo de viento. Cada atleta sigue su propia rutina y a las 7:45 se reúnen Benito y Raúl para llevar su avituallamiento a la Feria, acompañándoles compruebo que, como es lógico, ya están totalmente centrados en su carrera y repasando mentalmente por enésima vez vete a saber qué detalle o posible sensación. No obstante, a la vuelta al hotel, Benito haciendo gala de sangre fría, insiste en acompañarme al garaje, y aprovechando su experiencia previa como ciclista, supervisar el estado de las bicis y dictaminar la necesidad de inflar una rueda, por supuesto, nada que objetar, tú a descansar y Rafa y yo a inflarla.
A las 9:20 todos en la puerta para ir hacia la salida a calentar. En zona de salida, cada uno calienta por libre y a falta de quince minutos, últimos ánimos, fotos, comentarios y repaso de últimos detalles entre el equipo de apoyo, a las 9:50 a cajón de salida los tres atletas, y los cuatro con bici preparados para ir hacia el kilómetro cinco, Isabel ya va camino del diez. Yo por mi parte repasando mentalmente todo lo que se nos ha pedido y la mejor forma de hacerlo: presencia en el 10, 20, 30 y 35 por si algo falla en la mesa de avituallamiento o hace falta cualquier otra cosa. De la bici y si aguantará mejor no preocuparse, ya que nada se puede hacer, eso sí, recordar el maldito freno “contrapedal”, nadie nos ha exigido dejarnos la dentadura en el asfalto alemán.
Salida y nosotros al cinco. Por allí, montón de africanos en cabeza y casi tres minutos después Raúl en un grupo numeroso, el paso es algo lento, pero con el día que hace aun estará entrando en calor. Nos encontramos con el único problema logístico, la botella que tenía en la mesa era solo agua, afortunadamente Ale está preparada y al solicitarlo puede darle una de las que llevamos con Acuarius. Esperamos a Benito que pasa alrededor de un minuto después bastante solo, pero ya a su velocidad de crucero. Según vamos camino del seis, para desde allí atajar al diez, aprovecho para animarle y despedirme mentalmente hasta meta, estoy seguro de que llegará y en un buen tiempo. Siguiendo a Raúl me va a ser imposible volver a verle en carrera.
Para llegar a nuestra primera “cita oficial” en el diez con tiempo suficiente cruzamos el muy vallado centro de Frankfurt. Este maratón recorre desde la salida hasta el 12 y luego del 35 a meta todo el centro de la ciudad dando bastantes vueltas y llegando a ser muy desorientador, una vez terminado uno no es capaz de decir por dónde ha pasado ni cuándo. En el diez Raúl continúa en el grupo y el ritmo sigue siendo algo lento para lo previsto, pero nada preocupante, quedan muchos kilómetros para correr y se le ve bien, además seguro que en el grupo acabará encontrando gente con la que ir casi hasta meta.
Nos vamos directos al 12 y de allí siguiendo la carrera al 15 y posteriormente al 20. En esta zona el recorrido apenas tiene curvas y es como en casi toda la carrera totalmente llano. Todo en orden, sin problemas en los avituallamientos y Raúl sigue bien en el grupo que ha mejorado el ritmo, de continuar así puede bajar marca. De tanta planificación y después de esos kilómetros uno lo ve normal, pero irse metiendo kilómetros a 3:34 o incluso más deprisa tiene mucha tela y más si vas a seguir así hasta meta. Te das cuenta de la velocidad que llevan cuando arrancas después de verles pasar, como te entretengas un poco viendo a los que vienen por detrás o con cualquier otro asunto ni en bici les pillas rápido. En algún momento temo atropellar a alguien, solo puedo seguir deprisa, hacer sonar el timbre de la bicicleta y confiar en que Pepe, como dijo, se haya traído el teléfono del consulado por si Alejandra y yo acabamos en comisaría.
Del 20 cruzamos directos al 30, tras ligeras dudas llegamos al punto exacto de avituallamiento con tiempo para ver incluso la cabeza de carrera. En esta zona el maratón discurre a lo largo de una carretera ancha y prácticamente recta y si vas solo se puede hacer muy pesado psicológicamente. Raúl pasa junto con otros dos corredores, mejor, han dejado atrás a su grupo principal. Más tarde nos contará como al acelerar sus dos compañeros, él decide jugarse su carrera y la mejora de su marca a esa carta, aun siendo su ritmo inicial ligeramente alto. Ya sea por esto o por los kilómetros acumulados la sensación que transmite su cara no es extremadamente positiva. Me lo confirma tres kilómetros más tarde su ultra económica forma de negar, casi tan solo con la mirada, a mi pregunta de si quiere algo. Parece claro, necesitaría bastante pero nada en lo que le podamos ayudar. Eso sí, rápido va, que me cuesta varios intentos sacarle una foto decente.
Cuando nos queremos dar cuenta estamos en el avituallamiento del 35, allí nos encontramos con Alicia esperando el paso de Benito. La cara de Raúl sigue sin ser la mejor pero la forma de correr transmite determinación, seguro que a ese ritmo llega, aunque como luego nos aclarará iba con molestias en soleos y gemelos. A nosotros solo nos queda hacer lo acordado, dejar las bicis al pasar por el hotel y correr a meta para verles llegar y darles su ropa, lástima perdernos esos últimos kilómetros. A la altura del hotel compruebo que Pepe ha tenido tiempo de corre sus 10 km y estar allí animando con Isabel.
La meta es impresionante, interior de un pabellón, focos, alfombra roja, confeti brillante, megafonía, hasta arriba de público.., increíble, y cumpliendo lo esperado Raúl llega en 2:30´47”, tiempazo que mejora su marca anterior de 2:31´13”. Además podemos oír por megafonía su nombre completo y país de procedencia, es lo que tiene entrar entre los 50 primeros.
Sólo queda Benito, curioso que a pesar de no tener casi ninguna noticia suya, no dudamos ni por un momento que va a llegar y en torno a 2:40´, lo que tiene ser un atleta consistente. Y cumple con un pedazo tiempo de 2:39´27”, eso es mejorar marcas personales, ¡casi ocho minutos! Luego nos cuentan como haciendo gran parte de la carrera solo y sin entrar en los cambios de velocidad de otros corredores o grupos, ha mantenido su ritmo constante hasta pasado el 35, donde encontrándose bien ha decidido echar el resto hasta meta. Parece que ha quitado las pegatinas a unos cuantos en esos últimos kilómetros, eso sí, no ha atropellado a nadie. Hay que aclarar que solo, solo, tampoco ha ido, porque la ayuda de Rafa y Alicia en los avituallamientos y el apoyo y ánimo de Rafa desde la bici han sido constantes.
Salimos a esperarles y allí nos enteramos que Pepe ha batido su mejor tiempo en 10 km, ¡enhorabuena! Cuando aparecen Benito y Raúl es difícil describir sus caras, felicidad, alegría, satisfacción, cansancio... mejor echad un vistazo a la foto, solo queda felicitarles y darles su ropa, ¡buen trabajo y menudas marcas!
El resto de la estancia hasta la vuelta el lunes se podría resumir en turismo tranquilo, y probar sidra, cerveza, salchichas y dulces típicos. El abandonar una de nuestras bicis en Frankfurt, viajar en tren con tres de ellas hasta el aeropuerto para terminar abandonando dos y trayéndonos una, así como bastantes anécdotas y detalles tal vez merecieran otra crónica, pero creo que esta debe terminar aquí.
Independientemente de las razones, en esta ocasión todo empezó en Febrero, cuando Raúl lanzó la idea de preparar y correr conjuntamente un maratón en otoño. En Mayo Frankfurt era el elegido de nuevo y varios teníamos ya billete y hotel. En Julio nos reuníamos para planificar preparación. Tras entrenamientos, lesiones y enfermedades el resultado final fue que el pasado viernes 24 nos juntábamos en Barajas Raúl, Alejandra, Pepe Bodas e Isabel, su mujer, Alicia, Rafa, Benito y yo. Objetivo: Raúl y Benito a mejorar marca y Pepe, tras una infección vírica en la última semana, a correr y disfrutar 10-15 km, los demás a animarles y dar apoyo logístico. Por cierto no puedo olvidar que también Flin era de la partida, un podenco que viajaba con Ale para ser adoptado por una familia alemana.
El viaje no pudo ir mejor, por contactos familiares inesperados y no planificados terminamos viajando en preferente, gracias de nuevo a ti y a tu sobrina, Isabel. Una vez en Frankfurt, y tras comprobar con agrado que el hotel era incluso mejor de lo que parecía en internet y que, como pensábamos, estaba a cinco minutos de la salida y meta; a cenar en Vapiano, restaurante italiano auto-servicio de buena calidad, que se ha convertido en toda una referencia en las participaciones del Canguro en Frankfurt. Se aprovecha la cena para, con plano delante, profesionalidad ante todo, discutir los últimos detalles de la carrera. Alicia y Rafa seguirán a Benito, Isabel esperará a Pepe en el diez, su meta particular, y Ale y yo con Raúl. Solo queda tener bicis para poder movernos los que vamos a acompañar a Raúl y Benito.
El sábado por la mañana y mientras los atletas ruedan y descansan los demás nos dedicamos a conseguir bicicletas. Siendo el Canguro, no nos podíamos limitar a elegir entre una de las posibles opciones de alquiler obvias y sobre las que me había informado. Por qué alquilar si por el mismo precio puedes comprar. Tras interesantes regateos liderados por Rafa, acabamos con cuatro bicis de n mano compradas en un rastrillo de segunda mano y cuyo estado se podría calificar de aceptable tirando a preocupante. De ahí a la Feria a recoger dorsales, y comida por separado, atletas en Vapiano y el resto a por especialidades más alemanas. Esa tarde-noche reunión en la habitación de Raúl para preparar los avituallamientos que la organización distribuye luego cada 5 km para atletas sub 2:45. Solo queda cenar en Vapiano y descansar.
Tras un Sábado con buen tiempo, el domingo amaneció frío y con niebla, afortunadamente se arregló algo antes de la salida, quedándose despejado, muy fresco y con algo de viento. Cada atleta sigue su propia rutina y a las 7:45 se reúnen Benito y Raúl para llevar su avituallamiento a la Feria, acompañándoles compruebo que, como es lógico, ya están totalmente centrados en su carrera y repasando mentalmente por enésima vez vete a saber qué detalle o posible sensación. No obstante, a la vuelta al hotel, Benito haciendo gala de sangre fría, insiste en acompañarme al garaje, y aprovechando su experiencia previa como ciclista, supervisar el estado de las bicis y dictaminar la necesidad de inflar una rueda, por supuesto, nada que objetar, tú a descansar y Rafa y yo a inflarla.
A las 9:20 todos en la puerta para ir hacia la salida a calentar. En zona de salida, cada uno calienta por libre y a falta de quince minutos, últimos ánimos, fotos, comentarios y repaso de últimos detalles entre el equipo de apoyo, a las 9:50 a cajón de salida los tres atletas, y los cuatro con bici preparados para ir hacia el kilómetro cinco, Isabel ya va camino del diez. Yo por mi parte repasando mentalmente todo lo que se nos ha pedido y la mejor forma de hacerlo: presencia en el 10, 20, 30 y 35 por si algo falla en la mesa de avituallamiento o hace falta cualquier otra cosa. De la bici y si aguantará mejor no preocuparse, ya que nada se puede hacer, eso sí, recordar el maldito freno “contrapedal”, nadie nos ha exigido dejarnos la dentadura en el asfalto alemán.
Salida y nosotros al cinco. Por allí, montón de africanos en cabeza y casi tres minutos después Raúl en un grupo numeroso, el paso es algo lento, pero con el día que hace aun estará entrando en calor. Nos encontramos con el único problema logístico, la botella que tenía en la mesa era solo agua, afortunadamente Ale está preparada y al solicitarlo puede darle una de las que llevamos con Acuarius. Esperamos a Benito que pasa alrededor de un minuto después bastante solo, pero ya a su velocidad de crucero. Según vamos camino del seis, para desde allí atajar al diez, aprovecho para animarle y despedirme mentalmente hasta meta, estoy seguro de que llegará y en un buen tiempo. Siguiendo a Raúl me va a ser imposible volver a verle en carrera.
Para llegar a nuestra primera “cita oficial” en el diez con tiempo suficiente cruzamos el muy vallado centro de Frankfurt. Este maratón recorre desde la salida hasta el 12 y luego del 35 a meta todo el centro de la ciudad dando bastantes vueltas y llegando a ser muy desorientador, una vez terminado uno no es capaz de decir por dónde ha pasado ni cuándo. En el diez Raúl continúa en el grupo y el ritmo sigue siendo algo lento para lo previsto, pero nada preocupante, quedan muchos kilómetros para correr y se le ve bien, además seguro que en el grupo acabará encontrando gente con la que ir casi hasta meta.
Nos vamos directos al 12 y de allí siguiendo la carrera al 15 y posteriormente al 20. En esta zona el recorrido apenas tiene curvas y es como en casi toda la carrera totalmente llano. Todo en orden, sin problemas en los avituallamientos y Raúl sigue bien en el grupo que ha mejorado el ritmo, de continuar así puede bajar marca. De tanta planificación y después de esos kilómetros uno lo ve normal, pero irse metiendo kilómetros a 3:34 o incluso más deprisa tiene mucha tela y más si vas a seguir así hasta meta. Te das cuenta de la velocidad que llevan cuando arrancas después de verles pasar, como te entretengas un poco viendo a los que vienen por detrás o con cualquier otro asunto ni en bici les pillas rápido. En algún momento temo atropellar a alguien, solo puedo seguir deprisa, hacer sonar el timbre de la bicicleta y confiar en que Pepe, como dijo, se haya traído el teléfono del consulado por si Alejandra y yo acabamos en comisaría.
Del 20 cruzamos directos al 30, tras ligeras dudas llegamos al punto exacto de avituallamiento con tiempo para ver incluso la cabeza de carrera. En esta zona el maratón discurre a lo largo de una carretera ancha y prácticamente recta y si vas solo se puede hacer muy pesado psicológicamente. Raúl pasa junto con otros dos corredores, mejor, han dejado atrás a su grupo principal. Más tarde nos contará como al acelerar sus dos compañeros, él decide jugarse su carrera y la mejora de su marca a esa carta, aun siendo su ritmo inicial ligeramente alto. Ya sea por esto o por los kilómetros acumulados la sensación que transmite su cara no es extremadamente positiva. Me lo confirma tres kilómetros más tarde su ultra económica forma de negar, casi tan solo con la mirada, a mi pregunta de si quiere algo. Parece claro, necesitaría bastante pero nada en lo que le podamos ayudar. Eso sí, rápido va, que me cuesta varios intentos sacarle una foto decente.
Cuando nos queremos dar cuenta estamos en el avituallamiento del 35, allí nos encontramos con Alicia esperando el paso de Benito. La cara de Raúl sigue sin ser la mejor pero la forma de correr transmite determinación, seguro que a ese ritmo llega, aunque como luego nos aclarará iba con molestias en soleos y gemelos. A nosotros solo nos queda hacer lo acordado, dejar las bicis al pasar por el hotel y correr a meta para verles llegar y darles su ropa, lástima perdernos esos últimos kilómetros. A la altura del hotel compruebo que Pepe ha tenido tiempo de corre sus 10 km y estar allí animando con Isabel.
La meta es impresionante, interior de un pabellón, focos, alfombra roja, confeti brillante, megafonía, hasta arriba de público.., increíble, y cumpliendo lo esperado Raúl llega en 2:30´47”, tiempazo que mejora su marca anterior de 2:31´13”. Además podemos oír por megafonía su nombre completo y país de procedencia, es lo que tiene entrar entre los 50 primeros.
Sólo queda Benito, curioso que a pesar de no tener casi ninguna noticia suya, no dudamos ni por un momento que va a llegar y en torno a 2:40´, lo que tiene ser un atleta consistente. Y cumple con un pedazo tiempo de 2:39´27”, eso es mejorar marcas personales, ¡casi ocho minutos! Luego nos cuentan como haciendo gran parte de la carrera solo y sin entrar en los cambios de velocidad de otros corredores o grupos, ha mantenido su ritmo constante hasta pasado el 35, donde encontrándose bien ha decidido echar el resto hasta meta. Parece que ha quitado las pegatinas a unos cuantos en esos últimos kilómetros, eso sí, no ha atropellado a nadie. Hay que aclarar que solo, solo, tampoco ha ido, porque la ayuda de Rafa y Alicia en los avituallamientos y el apoyo y ánimo de Rafa desde la bici han sido constantes.
Salimos a esperarles y allí nos enteramos que Pepe ha batido su mejor tiempo en 10 km, ¡enhorabuena! Cuando aparecen Benito y Raúl es difícil describir sus caras, felicidad, alegría, satisfacción, cansancio... mejor echad un vistazo a la foto, solo queda felicitarles y darles su ropa, ¡buen trabajo y menudas marcas!
El resto de la estancia hasta la vuelta el lunes se podría resumir en turismo tranquilo, y probar sidra, cerveza, salchichas y dulces típicos. El abandonar una de nuestras bicis en Frankfurt, viajar en tren con tres de ellas hasta el aeropuerto para terminar abandonando dos y trayéndonos una, así como bastantes anécdotas y detalles tal vez merecieran otra crónica, pero creo que esta debe terminar aquí.
Gracias Antonio por tu CRÓNICA y a Rafa, Alejandra, Alicia y Isabel por la logística y, por supuesto, Enhorabuena a Pepe, Benito y Raúl por su participación y resultados.
i like......
ResponderEliminarA mi también me ponen...
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