Que gran fin de semana de atletismo, familia y buen tiempo. Efectivamente, como Patricia definió muy bien en un e-mail, es una buena fórmula de conciliación entre el deporte, el turismo y la familia, lo practicado este fin de semana por mi y los míos.
El sábado asistimos a Aranjuez, donde coincidimos en las pistas con los habituales: Lucas y Pedro Pablo, que esta vez, acudieron para hacerse un 800, en este bastante bien organizado Torneo de Aranjuez de Atletismo donde mezclan las carreras absolutas con carreras de categorías menores como fueron el 60 ML y el 500ML de benjamines donde se estreno el Cangurito Darío.
Después de una mañana lúdica, turística, gastronómica y familiar, a las 5 en punto de la tarde se inició la prueba de longitud masculina en las pistas de atletismo de Aranjuez… Teniendo en cuenta que mi principal objetivo era permanecer en la pista pendiente de mi vástago, un segundo salto de 4,50 metros confirmo que este año, con mis 89 Kg. de peso, no voy a ser capaz de aspirar a mejorar esta especialidad, así que tras un nulo en el 3º y la no clasificación a la mejora, centré mi atención al estreno del pequeño.
Primera serie del 60 ML. Categoría Benjamín, que nivel señores, todos los niños con sus clavos pertinentes, sus camisetas oficiales del club… “Tranqui” Darío… Todo se andará, sin prisas, esto es un juego. A sus puestos, listos… Pum! ¿Ves Julián como no es tan difícil?jejeje. Todos salieron de najas y el nene parecía mantenerse competitivo, sin complejos, como si lo hubiera hecho toda la vida… 6º puesto, 10:21 segundos con crono eléctrico… ¡Que cojones, mi primer crono eléctrico fue con 23 años, poco antes de mi rotura de fibras y mi interminable paréntesis atlético! Sin duda que suerte tienen estos niños… Básicamente: Muy bien, un estreno magnífico. Cuarenta y cinco minutos después se daba la salida a la prueba de 500 ML. Benjamín masculino… Vamos nene, ahora no salgas como un loco y recuerda, “pilla” la calle uno lo antes posible. Como suele pasar salida a un ritmo espeluznante, enseguida todos los nenes ocuparon las calles uno y dos en la primera recta del cien… Darío seguía por la calle 6… ¡”Dari”, que no es como el 60… vete a la calle uno! Le grité… al primer paso por meta, suena la campana de última vuelta y el chaval pega un “arreón” para meterse en la calle 1 desde la 6ª calle, en la que aun se mantenía, poniéndose en segunda posición donde aguantó la curva y la recta contraria… Uff me dije… este se me hunde, se ha “pasao”… Desde lejos le vi como le cambio la cara. En la última curva le adelantaron 5 ó 6 peques y parecía que la cosa iba a peor, sin embargo al entrar en la recta y viendo tan cerca el final, metió otro cambio de esos de “¡niño! ¿A donde coño vas?” logrando llegar a meta en 5ª posición a escasos 10 cm. de 4º, con una marca de 1:48.37… Ya se que es amor de padre, pero a mi me parece “cojonudo”.
Era el turno de Lucas, primera serie de 800, último de la fila en la línea de salida, este si se meterá a la calle 1ª enseguida, me pensé… por supuesto que fue así, aunque no crean ustedes que fue fácil, porque la gente decidió darse una vuelta de paseo (37 segundos el primer 200) y el atasco era monumental, 14 tíos en 4 ó 5 metros, los clavos pasaban por las espinillas vecinas cual aguijones amenazantes en plena recolecta de miel… y claro, Lucas pillo. Última vuelta, y ahora si, a correr… El paseo inicial consiguió que todos se sintieran bien para entrar en la batalla, y aquí gano el “velocista de turno”… jejeje. Lucas luchó, entrando muy bien en 2:06.99 que le coloca en el pichichi del ranking canguril. Segunda serie y Pedro Pablo dispuesto a dar guerra, bonita carrera también, mas estirada en este caso y mas regular en los pasos y una marca aceptable para el momento de la temporada 2:15.15.
Llega el domingo y los más madrugadores están dispuestos a completar los 42,195 Km. de la Maratón madrileña… Que locura, chicos… especialmente cuando mas jodido estas por la Casa de Campo y tienes que subir todas las rampas de la Villa hasta la meta. (Y no lo digo por experiencia… Dios me libre, me lo han “contao”). Y claro, como no, entre los más locos del lugar siempre hay un canguro entre ellos: Benito. Que carrerón señores: Llegó en el puesto 61º masculino, el 22º de su categoría y 13º en el Campeonato de Madrid y lo mejor su tiempo: 2:46:59. ¡Enhorabuena Benito!
También a las 10:15 de la mañana salimos un nutrido número de canguras y canguros a subir Peñalara desde la Granja de San Ildefonso. Evento histórico también, teniendo en cuenta que se trataba de la primera subida a Peñalara con un velocista en el grupo… Lo cual debió producir cierta sensación de agonía… Por que, a ver quien cargaba con un velocista de 40 tacos y su niño de 8 por las rampas de los montes de la sierra Segovia/madrileña… jejejeje. Y lo digo sin acritud, a pesar de que he de admitir que llegue a tener ciertos momentos de agobio, los cuales pasaron en el mismo instante en el que nos dirigíamos a saborear unos ricos judiones de la localidad. Con mi afán de seguir conciliando (como dice Patri…jejeje) la familia con las aficiones, decidimos ir todos a la Granja a disfrutar de la maravillosa jornada dominical: que temperatura señores… mientras la mitad de la familia pasea, el resto salimos desde la misma puerta principal del Real lugar bordeando la carretera hacia el desvío a Peñalara… Ya explicado donde era a mi mujer y la novia de Victor, para que por ahí hicieran tiempo a la espera de nuestro regreso… fui a darle una prenda a mi señora que cuando me di cuenta hasta Darío que iba con el grupo me sacaban 100 metros… joder, como me ponga a correr para pillarles no llego ni al cruce… ¡Bien! En el cruce paramos a mear… perfecto. Fui a sacarme la “pilila”, Y ante la ansiedad del “grupeto” por iniciar la ascensión decidí soltar menos lastre del deseado por no perder la estela del grupo… que presión señores. Esto no es trote turismo, entendí, aquí se viene a correr y si eres un paquete… tu mismo… Efectivamente, soy un paquete. Tras cruzar la primera valla del camino junto a un primer grupo de troncos apiñados, decidí bajar el ritmo para intentar llegar lo mas lejos posible, al llegar al segundo grupo de troncos apiñados junto al río, Darío me pidió que bajásemos mas el ritmo y tras salirnos del camino iniciamos la ascensión por los cortafuegos, a unos 200 metros divisaba a mi amigo Rafa Tenacio, el cual se apunto al evento, y me dijo que si me esperaba, le pedí que continuase para así servirme de puente entre el grupo y yo, ya que sin Rafa entre medias, al perderlos de vista, no sabría que camino tomar… Sin embargo tal era el nivel atlético reinante que Rafa en su afán de no perderles la estela, se salió también de mi campo de visión… Ahora ya solo dependía de mi instinto… Mala cosa. Bueno, consiste en subir, me dije yo…- Vamos por esta… - No papa, creo que subían por esta… bueno seguimos recto… - mira un camino, por aquí que vamos… anda otro río, que bonito… ¡¡¡¡Hay alguien ahí!!!! ¡¡Por donde seguimos!! Una mirada profunda de Darío, como para intentar descubrir si estaba preocupado de verdad o no, se quedó fija sobre mi rostro… - Coño Darío no me mires así que no pasa nada… - Es que tengo un poquito de miedo Papa, porque, ¿Estamos perdidos, Verdad? – ¡Noooo! Le conteste con seguridad, nos hemos perdido para subir, pero no para bajar… Tu no tengas miedo, que con papa, no te va ha pasar nada… Vamos por aquí y si no es… pues ya bajamos. Así fue, subimos un caminillo, vimos tres caballos beber junto al río, caminamos por un senderillo entre árboles… - Mira Darío, dos corzos… Y un par de corzos de corta edad, se nos quedaron mirando petrificados como pensando… ¿Y estos dos, por donde Coño se han metido? Darío los miraba y me miraba… con una mezcla de sorpresa agradable y preocupación. ¡Como mola! Dos corzos salvajes, en pleno monte salvaje… Papa… ¡Nos hemos perdido! – Que no chaval, que todo esta controlado… los mamíferos salieron corriendo como a almas que les lleva el diablo, y nosotros continuamos nuestro trote cochinero en busca del sendero de vuelta. Bajemos por aquí… - Pues papa, yo creo que subimos por ahí – me contrariaba mi hijo. Finalmente y tras una hora dando tumbos por estos preciosos parajes encontramos un pequeño camino asfaltado por el que trotamos curvas abajo hasta encontrar un desvío de tierra con un cartel que indicaba: La Granja 2,5 Km. Y por allí que fuimos. A lo lejos divisamos a un personaje que me sonaba… Coño Rafa Tenacio… ¡Hombre compañero! ¿Pudiste seguirles? – ¡Que vaaa! Me contesto - si no sabia por donde ir y he bajado haciendo uso de la intuición… jajajajaja. – Mira, los troncos por donde pasamos… ah ya se donde estamos… a volver. Sin duda, voy a cambiar el nombre de estas convocatorias y en vez de denominarlas “Subida a Peñalara” las denominaremos “Búscate la vida por Peñalara” y pondré que es imprescindible el GPS. Bueno, lo entiendo, después encontrar al resto de la familia fue otra historia. Gracias Rafa (Delegado) que finalmente se interesó por mi agobio y al resto de compañeros que disfrutaron del bonito domingo y de los ricos judiones que después aplacaron por completo cualquier tipo de contrariedad.
El sábado asistimos a Aranjuez, donde coincidimos en las pistas con los habituales: Lucas y Pedro Pablo, que esta vez, acudieron para hacerse un 800, en este bastante bien organizado Torneo de Aranjuez de Atletismo donde mezclan las carreras absolutas con carreras de categorías menores como fueron el 60 ML y el 500ML de benjamines donde se estreno el Cangurito Darío.
Después de una mañana lúdica, turística, gastronómica y familiar, a las 5 en punto de la tarde se inició la prueba de longitud masculina en las pistas de atletismo de Aranjuez… Teniendo en cuenta que mi principal objetivo era permanecer en la pista pendiente de mi vástago, un segundo salto de 4,50 metros confirmo que este año, con mis 89 Kg. de peso, no voy a ser capaz de aspirar a mejorar esta especialidad, así que tras un nulo en el 3º y la no clasificación a la mejora, centré mi atención al estreno del pequeño.
Primera serie del 60 ML. Categoría Benjamín, que nivel señores, todos los niños con sus clavos pertinentes, sus camisetas oficiales del club… “Tranqui” Darío… Todo se andará, sin prisas, esto es un juego. A sus puestos, listos… Pum! ¿Ves Julián como no es tan difícil?jejeje. Todos salieron de najas y el nene parecía mantenerse competitivo, sin complejos, como si lo hubiera hecho toda la vida… 6º puesto, 10:21 segundos con crono eléctrico… ¡Que cojones, mi primer crono eléctrico fue con 23 años, poco antes de mi rotura de fibras y mi interminable paréntesis atlético! Sin duda que suerte tienen estos niños… Básicamente: Muy bien, un estreno magnífico. Cuarenta y cinco minutos después se daba la salida a la prueba de 500 ML. Benjamín masculino… Vamos nene, ahora no salgas como un loco y recuerda, “pilla” la calle uno lo antes posible. Como suele pasar salida a un ritmo espeluznante, enseguida todos los nenes ocuparon las calles uno y dos en la primera recta del cien… Darío seguía por la calle 6… ¡”Dari”, que no es como el 60… vete a la calle uno! Le grité… al primer paso por meta, suena la campana de última vuelta y el chaval pega un “arreón” para meterse en la calle 1 desde la 6ª calle, en la que aun se mantenía, poniéndose en segunda posición donde aguantó la curva y la recta contraria… Uff me dije… este se me hunde, se ha “pasao”… Desde lejos le vi como le cambio la cara. En la última curva le adelantaron 5 ó 6 peques y parecía que la cosa iba a peor, sin embargo al entrar en la recta y viendo tan cerca el final, metió otro cambio de esos de “¡niño! ¿A donde coño vas?” logrando llegar a meta en 5ª posición a escasos 10 cm. de 4º, con una marca de 1:48.37… Ya se que es amor de padre, pero a mi me parece “cojonudo”.
Era el turno de Lucas, primera serie de 800, último de la fila en la línea de salida, este si se meterá a la calle 1ª enseguida, me pensé… por supuesto que fue así, aunque no crean ustedes que fue fácil, porque la gente decidió darse una vuelta de paseo (37 segundos el primer 200) y el atasco era monumental, 14 tíos en 4 ó 5 metros, los clavos pasaban por las espinillas vecinas cual aguijones amenazantes en plena recolecta de miel… y claro, Lucas pillo. Última vuelta, y ahora si, a correr… El paseo inicial consiguió que todos se sintieran bien para entrar en la batalla, y aquí gano el “velocista de turno”… jejeje. Lucas luchó, entrando muy bien en 2:06.99 que le coloca en el pichichi del ranking canguril. Segunda serie y Pedro Pablo dispuesto a dar guerra, bonita carrera también, mas estirada en este caso y mas regular en los pasos y una marca aceptable para el momento de la temporada 2:15.15.
Llega el domingo y los más madrugadores están dispuestos a completar los 42,195 Km. de la Maratón madrileña… Que locura, chicos… especialmente cuando mas jodido estas por la Casa de Campo y tienes que subir todas las rampas de la Villa hasta la meta. (Y no lo digo por experiencia… Dios me libre, me lo han “contao”). Y claro, como no, entre los más locos del lugar siempre hay un canguro entre ellos: Benito. Que carrerón señores: Llegó en el puesto 61º masculino, el 22º de su categoría y 13º en el Campeonato de Madrid y lo mejor su tiempo: 2:46:59. ¡Enhorabuena Benito!
También a las 10:15 de la mañana salimos un nutrido número de canguras y canguros a subir Peñalara desde la Granja de San Ildefonso. Evento histórico también, teniendo en cuenta que se trataba de la primera subida a Peñalara con un velocista en el grupo… Lo cual debió producir cierta sensación de agonía… Por que, a ver quien cargaba con un velocista de 40 tacos y su niño de 8 por las rampas de los montes de la sierra Segovia/madrileña… jejejeje. Y lo digo sin acritud, a pesar de que he de admitir que llegue a tener ciertos momentos de agobio, los cuales pasaron en el mismo instante en el que nos dirigíamos a saborear unos ricos judiones de la localidad. Con mi afán de seguir conciliando (como dice Patri…jejeje) la familia con las aficiones, decidimos ir todos a la Granja a disfrutar de la maravillosa jornada dominical: que temperatura señores… mientras la mitad de la familia pasea, el resto salimos desde la misma puerta principal del Real lugar bordeando la carretera hacia el desvío a Peñalara… Ya explicado donde era a mi mujer y la novia de Victor, para que por ahí hicieran tiempo a la espera de nuestro regreso… fui a darle una prenda a mi señora que cuando me di cuenta hasta Darío que iba con el grupo me sacaban 100 metros… joder, como me ponga a correr para pillarles no llego ni al cruce… ¡Bien! En el cruce paramos a mear… perfecto. Fui a sacarme la “pilila”, Y ante la ansiedad del “grupeto” por iniciar la ascensión decidí soltar menos lastre del deseado por no perder la estela del grupo… que presión señores. Esto no es trote turismo, entendí, aquí se viene a correr y si eres un paquete… tu mismo… Efectivamente, soy un paquete. Tras cruzar la primera valla del camino junto a un primer grupo de troncos apiñados, decidí bajar el ritmo para intentar llegar lo mas lejos posible, al llegar al segundo grupo de troncos apiñados junto al río, Darío me pidió que bajásemos mas el ritmo y tras salirnos del camino iniciamos la ascensión por los cortafuegos, a unos 200 metros divisaba a mi amigo Rafa Tenacio, el cual se apunto al evento, y me dijo que si me esperaba, le pedí que continuase para así servirme de puente entre el grupo y yo, ya que sin Rafa entre medias, al perderlos de vista, no sabría que camino tomar… Sin embargo tal era el nivel atlético reinante que Rafa en su afán de no perderles la estela, se salió también de mi campo de visión… Ahora ya solo dependía de mi instinto… Mala cosa. Bueno, consiste en subir, me dije yo…- Vamos por esta… - No papa, creo que subían por esta… bueno seguimos recto… - mira un camino, por aquí que vamos… anda otro río, que bonito… ¡¡¡¡Hay alguien ahí!!!! ¡¡Por donde seguimos!! Una mirada profunda de Darío, como para intentar descubrir si estaba preocupado de verdad o no, se quedó fija sobre mi rostro… - Coño Darío no me mires así que no pasa nada… - Es que tengo un poquito de miedo Papa, porque, ¿Estamos perdidos, Verdad? – ¡Noooo! Le conteste con seguridad, nos hemos perdido para subir, pero no para bajar… Tu no tengas miedo, que con papa, no te va ha pasar nada… Vamos por aquí y si no es… pues ya bajamos. Así fue, subimos un caminillo, vimos tres caballos beber junto al río, caminamos por un senderillo entre árboles… - Mira Darío, dos corzos… Y un par de corzos de corta edad, se nos quedaron mirando petrificados como pensando… ¿Y estos dos, por donde Coño se han metido? Darío los miraba y me miraba… con una mezcla de sorpresa agradable y preocupación. ¡Como mola! Dos corzos salvajes, en pleno monte salvaje… Papa… ¡Nos hemos perdido! – Que no chaval, que todo esta controlado… los mamíferos salieron corriendo como a almas que les lleva el diablo, y nosotros continuamos nuestro trote cochinero en busca del sendero de vuelta. Bajemos por aquí… - Pues papa, yo creo que subimos por ahí – me contrariaba mi hijo. Finalmente y tras una hora dando tumbos por estos preciosos parajes encontramos un pequeño camino asfaltado por el que trotamos curvas abajo hasta encontrar un desvío de tierra con un cartel que indicaba: La Granja 2,5 Km. Y por allí que fuimos. A lo lejos divisamos a un personaje que me sonaba… Coño Rafa Tenacio… ¡Hombre compañero! ¿Pudiste seguirles? – ¡Que vaaa! Me contesto - si no sabia por donde ir y he bajado haciendo uso de la intuición… jajajajaja. – Mira, los troncos por donde pasamos… ah ya se donde estamos… a volver. Sin duda, voy a cambiar el nombre de estas convocatorias y en vez de denominarlas “Subida a Peñalara” las denominaremos “Búscate la vida por Peñalara” y pondré que es imprescindible el GPS. Bueno, lo entiendo, después encontrar al resto de la familia fue otra historia. Gracias Rafa (Delegado) que finalmente se interesó por mi agobio y al resto de compañeros que disfrutaron del bonito domingo y de los ricos judiones que después aplacaron por completo cualquier tipo de contrariedad.
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